martes, 19 de agosto de 2008

Ensayo sobre Rosa Luxemburgo y su pensamiento Revolucionario

ROSA LUXEMBURGO Y SU PENSAMIENTO REVOLUCIONARIO


La visión de Rosa Luxemburgo sobre la importancia de la autonomía de las masas para la construcción del socialismo y su concepción no instrumental de la democracia representan un recordatorio obligado para comprender la diversidad de orientaciones existentes entre los revolucionarios de las primeras décadas del siglo. Al mismo tiempo, obliga a reflexionar sobre la intensa marginación a la que fue sometido su pensamiento por parte de las izquierdas posteriores.[1]

Rosa Luxemburgo entendió desde el inicio de la revolución la continuidad entre dicho proceso y la anterior revolución de 1905. En su primera aproximación señalaba "...una vez en la brecha, la energía revolucionaria del proletariado ruso emprenderá, con la misma lógica ineluctable, la vía de una acción democrática y social radical y adoptará de nuevo el programa de 1905: república democrática, jornada de 8 horas, expropiación de los grandes terratenientes...".Al mismo tiempo, vincula expresamente la revolución con la lucha por la paz. "... Pero de ello emana en primer lugar para el proletariado socialista de Rusia la más urgente de las consignas, indisolublemente unida a todo lo demás: ¡Fin a la guerra imperialista!" (Cartas de Espartaco).
Rosa Luxemburgo se sitúa en el campo de la solidaridad con la revolución de octubre: "El levantamiento de octubre no solamente ha servido para salvar efectivamente la revolución rusa, sino también para salvar el honor del socialismo internacional". Sin embargo, desde el principio Rosa Luxemburgo es consciente de la tragedia que supondría el aislamiento de la revolución (carta a Luise Kautsky del 24 de noviembre), del cual culpa a las direcciones chovinistas de la socialdemocracia. Asimismo, mantuvo diferencias y recelos con las orientaciones bolcheviques a la paz separada con Alemania, que condujeron a la paz de Brest-Litovsk.

Rosa Luxemburgo una mujer con espíritu de lucha, que desde muy joven dedico su vida a defender a la clase trabajadora, y que en muchas de sus obras habla sobre este movimiento, se dedico a defender la posición de los movimientos organizados por trabajadores que en ese entonces eran perseguidos por las políticas impuestas, siendo mujer los motivaba a levantar una lucha en contra de las ideologías que los mantenían oprimidos.

A pesar de ser perseguida por hablar sobre movimientos revolucionarios, no se callaba ni mostró miedo por lo que le podía ocurrir si seguía en contra de las ideologías impuestas, Rosa Luxemburgo siempre se mostró erguida ante cualquier acontecimiento que ponía en peligro su vida.


En ningún momento dejo de decir la verdad, siempre escribía y daba a conocer sus ideas y de su energía revolucionaría a favor de los movimientos obreros, de los trabajadores y de los que se decían ser revolucionarios. En varias ocasiones fue a parar a la cárcel pero eso no la callaba, desde allí seguía escribiendo, las rejas le servían de inspiración.

"La libertad sólo para los que apoyan al gobierno, sólo para los miembros de un partido (por numeroso que éste sea) no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente" (Rosa Luxemburgo)
Son numerosas sus aportaciones polémicas al debate socialista: sus posiciones sobre la huelga de masas, su afirmación de la capacidad creativa y espontaneidad de la clase obrera, la crítica al leninismo organizativo, su polémica oposición al derecho de autodeterminación en el capitalismo, sus trabajos sobre la acumulación de capital, la defensa del internacionalismo obrero, etc.[2]
Las libertades públicas no son algo accesorio, sino el aire mismo imprescindible para poder hablar de algo parecido al socialismo. "Lenin dice que el Estado burgués es un instrumento de opresión de la clase trabajadora, el Estado socialista, en cambio, de opresión a la burguesía. En cierta medida, dice, es solamente el Estado capitalista puesto cabeza abajo. Esta concepción simplista deja de lado el punto esencial: el gobierno de la clase burguesa no necesita del entrenamiento y la educación política de toda la masa del pueblo, por lo menos no más allá de determinados límites estrechos. Pero para la dictadura proletaria ése es el elemento vital, el aire sin el cual no puede existir". [3]



[1] Juan Manuel Vera, Rosa Luxemburgo y la Democracia, Texto publicado en Iniciativa Socialista nº 28, febrero 1994
[2] http://www.fundanin.org/vera9.htm
[3] El desafío de Rosa Luxemburgo, Buenos Aires, Proceso, 1972 (con textos de Bertram D. Wolfe, Hannah Arendt, Gilbert Badia, León Trotski, V.I.Lenin, J.P. Nettl, John Knief, Daniel Bensaid, Alain Nair, Michale Löwy y Paul M. Sweezy